Amor Rodríguez,
matador de toros madrileño de Torrejón de Ardoz, cumplirá un sueño
confirmando su alternativa en Madrid en uno de los días taurinos por
excelencia: el 15 de agosto, día de la Virgen de la Paloma. Un torero
que comenzó a ver la luz al final del túnel, desde su doctorado en
2019 en su tierra natal, en aquella pasada edición de la Copa Chenel.
Certamen que hoy, dice, le hace estar aquí acartelado. Será junto a
Álvaro Lorenzo y otro torero madrileño, Francisco de Manuel, ante un
encierro de Fuente Ymbro.
¿Cómo es verse por fin anunciado en Las Ventas como matador de toros?
Es un verdadero
sueño. Uno desde que empieza va teniendo metas y bueno, se van poco a
poco consiguiendo. Esta, para mí, es la meta que más lejana veía,
pero cuando llega es la que más ilusión hace a cualquier torero.Un
día, el de su confirmación de alternativa, importante en España y, se
puede decir, importante para todos los madrileños...Quitando San Isidro,
que es la mejor feria del mundo, y la goyesca del 2 de mayo, el 15 de
agosto en Madrid es una fecha especial, sobre todo para mí, como
madrileño. Siempre lo he visto como un día bonito, además de que soy
muy partidario de los toreros de Madrid, es una fecha que sin duda me
motiva mucho.
Un cartel cargado de juventud que abrirá el toledano Álvaro Lorenzo y cerrará otro madrileño, Francisco de Manuel.
Es un cartel
atractivo, de hecho, podría ser un cartel perfectamente de San Isidro. A
Álvaro Lorenzo le admiro mucho como torero. Tiene unas condiciones muy
buenas y, además, lo conozco desde hace años, hemos compartido
certáme- nes desde sin caballos y ahora va a ser mi padrino de
confirmación. A Fran le tengo cariño, hemos compartido recientes
tardes de rivalidad en la Copa Chenel, en definiti- va, un cartel
motivador.
Y un hierro muy conocido por la afición venteña como es el de Fuente Ymbro.
Una ganadería de
primera. Lleva muchos años en la primera fila de los ganaderos y al
final ha dado muchísimos triunfos a muchos toreros en esta plaza, con
toros muy importantes. Ojalá el 15 salga el toro que nos permita
mostrarnos como toreros.
Una oportunidad y una fecha señalada en tu temporada y en tu vida que llega... ¿en qué momento?
Parece un tópico,
siempre lo decimos, pero a mi me llega en el mejor momento. Al final
soy un torero que he toreado muy poco, las tres corridas de toros de la
Copa Chenel y este año en mi pueblo, Torrejón, pero estoy preparado.
He intentado ilusionarme mucho, al final a parte de la preparación
física o el torear de salón, es igual de importante o más, si cabe,
el preparar la mente, y creo que estoy preparado para afrontar este tipo
de compromisos.
El pasado año podemos decir que llegó esa bocanada de aire fresco en tu carrera que supuso el verte anunciado en la segunda edición de la Copa Chenel.
Sí, totalmente.
Tomé la alternativa en 2019 y ya no volví a torear has- ta que me
dieron la oportunidad de la Copa. De hecho, en ese tiempo estuve
prácticamente sin entrenar, unos problemas personales me hicieron parar
e intentar centrarme y amueblar las ideas. Me vino en un momento clave,
en un momento de madurez, y lo afronté con una ilusión muy fuerte
porque no sabía si iba a volver a ponerme el vestido de torear alguna
vez más. El destino quiso que se juntaran muchas cosas para que todo
fuese saliendo para adelante y quién me iba a decir a mí que iba a
llegar a ser finalista y, sobre todo, lo más importante, por lo menos
para mí, terminar con un ambiente bueno de cara a los aficionados.
¿Cómo fue y es el sentir que la afición te arropó y te arropa?
Se me ponen los
pelos de punta. Toreando tan poco, conseguir eso. Yo al fin y al cabo
también soy aficionado, sobre todo de Madrid, que llevo viniendo desde
pequeño, me he criado aquí con el criterio de Madrid, y ver que les ha
llegado tu toreo y han visto lo que llevo dentro y lo que puede venir
en un futuro, es lo que más me llena y me ha motivado.
Por una fecha así, ¿se ven recompensados todos estos años de parón y lucha?
Totalmente. Desde
que me llamaron para confirmarme la fecha, tengo sensaciones de
emoción, otras veces me vengo arriba y estoy muy ilusionado, otras me
vuelvo a emocionar, se me saltan las lágrimas... cuando se empieza no
sabe-mos dónde nos estamos metiendo y a la vista está lo difícil que
está hoy día el toreo.
Una cabeza, Amor, que por tanto no para de pensar...
Le doy muchas
vueltas... en mi cabeza ronda continuamente y a todas horas el querer
prepararme más y entrenar para evolucionar, para ser mejor torero de lo
que soy y, sobre todo, cuando llegue a la plaza, independientemente del
triunfo que todos por supuesto buscamos, poder dar una buena tarde y
que ese ‘run run’ que he podido crear continúe y vaya a más.
Amor Rodríguez hacía el paseíllo sin caballos en la final del Certamen ‘Camino hacia Las Ventas’ en el 2012, luego volvería para presen-tarse como novillero con caballos. ¿Cómo recuerdas Madrid?
Por lo que
recuerdo, creo que esta vez va a ser muy diferente. Al final las
primeras veces no conoces la plaza y te haces a la idea por lo que
cuentan, que tienes mucha presión, que es mucha responsabilidad, que el
toro es muy grande, que el público es muy exigente... y creo que en
mis anteriores paseíllos en Madrid sí me han podido todas esas cosas y
no he podido sacar lo que de verdad llevo dentro porque tampoco he
venido de la forma que hay que venir para que eso salga. La madurez y
los años te hacen verlo diferente, ahora todavía es pronto, pero no he
tenido dudas, ni presión, todo lo contrario, estoy viviendo un sueño.
Me gustaría que aún faltaran tres meses por el simple hecho de seguir
viviendo el proceso, este camino hasta llegar al día, porque estar
anunciado en esta plaza es lo más bonito que le puede pasar a un
torero.
Por la cabeza de Amor supongo que se sueñan muchas cosas...
Sueño con salir a
hombros, con cortar las orejas, pero sobre todo con poderle pegar 20
pases como lo siento y que cale en el aficionado de Madrid para salir de
la plaza con la ilusión de haber visto a un torero del gusto de esta
plaza, que es mi gusto también.
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